Renovando los electrodomésticos de cocina

Cuando compramos piso, hace ya casi un año, teníamos prisa (mucha mucha prisa) por instalarnos.
Ni se nos pasó por la antecámara del cerebro el hacer cambios o reformas antes de hacerlo, como la gente práctica (y con tiempo) se plantea con frecuencia.
Pero poco a poco hemos ido convirtiéndolo en nuestro hogar. Que si una mano de pintura (o varias), que si cambia este mueble por aquel otro que nos hace más servicio… y por supuesto ir viendo como estaban los electrodomésticos.

Alguno se renovó bastante rápido, porque ya no funcionaba en condiciones, pero la cocina la dejamos para las vacaciones por eso de mira con calma.
Porque tenía muchas ganas de cambiar el horno (que ya no calentaba en condiciones) y ya que estamos la vitrocerámica por una inducción (que es más limpia).

Foto promocional de balay.es

Pues elegir electrodomésticos es una locura.

¡Hay tantos modelos!
Por un lado, muchos te parecen iguales. Los hornos son hornos y las placas son placas. Y hacen lo que tienen que hacer. Ya está. Que si los mandos son así o la estética asá, pero después de darle vueltas siguen pareciéndote todos iguales.
Por otro lado, algunos promocionan características especiales que te impresionan, pero después de buscar un poco de información al respecto y de meditarlo tranquilamente en casa acabas pensando «¿y eso yo para qué lo quiero?».

Al final te dan ganas de pedir que te vengan a instalar uno, cualquiera, el que les dé la reverendísima gana.
(Pero tampoco es plan.)

Así que medio saturados ya de ver hornos y placas de inducción, escogimos unos modelos de gama media (huímos de la gama baja por miedo a comprar algo de mala calidad, y de la gama alta por miedo a sobrepagar innecesariamente) de la marca Balay (aunque podría haber sido cualquier otra).
La verdad es que tampoco le pedía mucho, que fuese de una calidad decente y que tuviese la opción de programar el apagado (ya sé que mucha gente lo ve inútil pero para mí resulta practiquísimo poder desentenderme de una cazuela o del horno).

Por eso ahora estoy en plan ir conociendo mejor mi cocina, porque tiene funciones que me parecen muy interesantes (por ejemplo, el boost que permite hervir agua rapidísimamente) que nunca había utilizado y quiero explorar sus posibilidades.
Sobre todo tengo muchas ganas de hacer recetas al horno (aunque el tiempo no acompañe) porque con el horno viejo las tenía bastante abandonadas, la verdad sea dicha.

En cualquier caso, ¡espero tener pronto recetillas nuevas!



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