Whole30, mi experiencia personal

Hace 8 meses me puse a dieta.
Hace 8 meses hice un Whole30 y en aquel post inicial dije que ya os contaría qué tal me había ido.
No quería hacer observaciones cortoplacistas, así que me tomé el tiempo de ver cómo evolucionaba y formarme una opinión más completa.

UNA CURIOSA DIETA

¿QUÉ ES WHOLE30?

Whole30 es una dieta para experimentar cómo se siente tu cuerpo alimentándose de la forma más básica posible, es decir, a base de:

  • Carne, pescado, marisco y huevos.
  • Verduras, hortalizas.
  • Fruta.
  • Grasas, en particular aceite de oliva.
  • Sal y especias.

Vamos, una dieta bastante tradicional, ¿no?

Así visto, creo que es obvio que se trata de una forma tan saludable de alimentarse como otra cualquiera.
Es decir, puedes hacerlo mal (si te dedicas a comer solo carne y patatas) pero puedes tener una alimentación perfectamente variada y completa.

Eso no cambia el hecho de que es una dieta muy restrictiva pues todo lo demás está prohibido durante 30 días:

  • Ni azúcar.
  • Ni alcohol.
  • Ni granos ni harinas.
  • Ni legumbres (excepto judías y guisantes).
  • Ni lácteos.
  • Ni productos con carragenatos, sulfitos o glutamato monosódico.
  • Ni alimentos que imiten los anteriores pero elaborados a base de ingredientes «permitidos».

Si pensamos en todo lo que tenemos que eliminar… ya parece un poco más difícil.
Pero son solo 30 días.

Tras 30 días es el momento de evaluar cómo te encuentras (¿has notado mejorías?) y reintroducir paulatinamente los distintos alimentos para ver si te afectan de algún modo.
Aprender de ello y decidir de forma consciente si esos alimentos que te sientan mal (o regulín regulán) realmente merecen la pena (o si es mejor dejarlos para ocasiones especiales).

«Esto no es difícil. Luchar contra el cáncer es difícil. Parir un bebé es difícil. Perder a un padre es difícil. Beber tu café solo NO ES DIFÍCIL. Has hecho cosas más difíciles que esta.»

MIS CRÍTICAS A WHOLE30

Voy a empezar por decir que estoy contenta de haber hecho un Whole30, pero eso no quiere decir que esté totalmente exenta de críticas, y las voy a poner sobre la mesa antes de nada.

  • Aunque aplican alguna noción nutricional interesante, la mayor parte suena simplemente a verborrea pseudocientífica de poco valor cuyo único propósito es convencerte de estar tomando las mejores decisiones nutricionales posibles. Por ejemplo, se plantea como una dieta de eliminación, pero realmente no es una dieta seria de eliminación.
    Yo lo veo así: Comer de forma básica no es nutricionalmente malo (¡en absoluto!) pero no es la solución a todos los males. Esto es simplemente un auto-experimento para intentar conocer un poquitín mejor tu propio cuerpo y, como en cualquier experimento, es mejor no llevar ideas preconcebidas (respecto al gluten, los lácteos, etc.).
  • Se hartan de pregonar que no es una prueba para diagnóstico médico (que por supuesto no lo es), que no es un tratamiento para curar ninguna enfermedad (bastante obvio) y que no es una dieta para perder peso (de hecho, está prohibido pesarse durante los 30 días), pero luego dan bombo a un montón de testimonios de gente que se auto-diagnostica intolerancias alimentarias, que se encuentra mucho mejor de sus múltiples males y por supuesto pierde una tonelada.
    Yo lo veo así: Si tienes o crees que puedes tener un problema de salud, lo mejor es tratar con un profesional de la salud. Una dieta que has encontrado en internet (o que te ha recomendado alguna amistad) podría perjudicarte tanto como beneficiarte.
    Respecto a la parte nutricional, se puede seguir una dieta que cumple con todas las recomendaciones oficiales durante un Whole30. Simplemente necesitas ajustar las fuentes de otro modo (p. ej. si dejas de consumir legumbres quizás necesites más proteína de origen animal).
  • Los creadores del programa viven de este programa. De sus libros (los que yo he leído no son gran cosa, y además se han ido desactualizando pues ha habido cambio de normas a lo largo de los años), de los contratos comerciales que hacen con empresas de alimentación (muchas veces animándote a consumir productos ultraprocesados pero con ingredientes «permitidos», algo que parece un tanto incoherente) y de charlas y seminarios que imparten (en los USA).
    Yo lo veo así: La web oficial de Whole30 es muy completa, tiene toda la información necesaria e incluso un foro para preguntar dudas. Eso sí, está en inglés.  Pero si no quieres gastarte ni un duro, no es necesario que lo hagas.
  • Las reglas son muy estrictas.
    Yo lo veo así: Sí, lo son. Es un hecho indiscutible. Pero es que para mucha gente la moderación que tanto se predica es simple y llanamente una utopía. Si lo comemos lo vamos a comer hasta que nos salga por las orejas. Así que quizás sea el momento de seguir unas reglas estrictas.

MI EXPERIENCIA PERSONAL

Como digo, no soy una persona dada a la moderación gastronómica. Especialmente si hay la posibilidad de atiborrarse a dulces.
Nunca me había animado a hacer dieta antes, pero la verdad es que el planteamiento de un auto-experimento me resultó atrayente y me animé. Después de todo, tengo que perder unos kilos.

Mi forma de alimentarme no era muy distinta de lo que este programa plantea, ya que suelo cocinar en casa y no consumo precocinados.

Imaginé que el azúcar me iba a costar un montón pero en realidad no: una vez que me mentalicé de hacerlo, fue bastante sencillo. Y, de hecho, meses después sigo manteniendo un consumo muy reducido gracias a la mentalidad que adquirí con este proceso.

Los granos me costaron algo más. No por el pan (del que prescindí fácilmente haciendo menos salsas) sino por la pasta y el arroz, que son platos muy socorridos. Me obligó a hacer un plato de verduras para mí cuando el resto de la familia los comía. Reconozco que esa fue una incomodidad.

El resto de restricciones realmente fueron fáciles de llevar, y ni siquiera costó mucho adaptar mis recetas a ellas. Para las salsas cremosas utilizaba leche de coco en lugar de nata, por ejemplo. Y ya está.
Quizás lo más extraño fue que en mi casa no se comieron legumbres durante un mes, pero tampoco creáis que nadie me las reclamó, jeje.

De todos modos, sí que cuesta un poco mentalizarse y adaptarse.
Es un poco rollo tener que valorar opciones si vas a comer fuera (habrá muchos platos que no cumplan los requisitos) y te sientes un poco obligada a dar explicaciones si comes con otras personas (y a lidiar con comentarios bienintencionados a la par que tremendistas).
Pero es un compromiso que te haces contigo misma (un compromiso con un plazo muy determinado) y sentir que cumples ese compromiso es una sensación fabulosa.

Me sentí activa y con más energía, quizás por mis decisiones alimentarias, quizás por el efecto placebo de saber que estás tomando esas decisiones.
La verdad es que a veces me pregunto si otra dieta cualquiera hubiese tenido el mismo efecto. ¿Experiencias alguien?

Cuando al cabo de 30 días me subí en una báscula, había perdido 4kg. En las semanas siguientes (mientras iba reintroduciendo alimentos) perdí 2kg más. En total, perdí 6kg sin reducir mis raciones ni hacer más ejercicio físico

Pero lo mejor es que conseguí romper con algunos malos hábitos muy arraigados.
Como por ejemplo comer todos los dulces que estén en mi radio de acción. Puede que ahora coma alguno, pero se trata de una decisión consciente. ¡Y he aprendido que en eso radica el truco de la moderación!

DESPUÉS DE WHOLE30

Os decía al principio que no quería opinar a corto plazo. ¿Volvería a ganar el peso que había perdido? ¿Habría efecto rebote y ganaría incluso más? ¿Los hábitos adquiridos serían duraderos?

No, no he vuelto a recuperar el peso.
Tampoco he perdido más, todo sea dicho, pero creo que el hecho de perder esos 6kg y no ganarlos de nuevo es ya un logro en sí mismo, teniendo en cuenta lo que se suele decir de las dietas.

Adquirí unas nuevas rutinas interesantes, por ejemplo ahora consumo más verduras diariamente. También mantego bastante a raya el azúcar.
Pero, eso sí, observo que según pasa el tiempo más tiendo a relajarlas… Quizás por eso, alguna gente hace una nueva «ronda» de Whole30 cada cierto tiempo: para recordarte por qué comer de ciertas maneras te resulta mejor que de otras. (Aunque, de momento, no me animo.)

Al cabo de cinco meses empecé a encontrarme extrañamente agotada, y sabiendo que estaba comiendo de una forma que justamente me hacía sentir plena de energía y que además había perdido peso, pensé que no debía descartar un problema de salud y decidí hacerme una revisión médica.
El diagnóstico no pudo ser más sorprendente: resulta que tengo hipotiroidismo.

Jamás hasta ahora se me había ocurrido ir al médico por esta causa porque asumía como ciertos hechos que no eran tales.
Había ganado peso tras nacer mi hijo (quizás debido a los anticonceptivos hormonales), estaba cansada debido al aumento de peso (y al hijo), comía mal porque no tengo fuerza de voluntad… Y, claro, jamás consulté qué era lo que realmente pasaba.
Los árboles no te dejan ver el bosque dicen. Pues curiosamente ha sido una dieta la que me ha abierto los ojos.



Deja un comentario