La dichosa inulina y la guerra a las grasas
Parece que el tema del bizcocho con inulina está por todos los lados ultimamente.
En resumidas cuentas: En la Universidad Politécnica de Valencia han elaborado un bizcocho que pretende asemejarse a uno clásico (¡habría que probar su sabor antes de nada!) en el que han sustituído gran parte del contenido de grasa por inulina, lo cual parece ser que es por lo menos super-califragilísito.
Vale, reconozco que este tipo de cosas me producen siempre un tanto escepticismo.
Nunca se sabe, pero… como una no es experta en química, pues no queda más remedio que hacer una búsqueda por si acaso. En esta ocasión parece que hay bastante documentación al respecto de la inulina, que hasta la wikipedia tiene amplia información. (Las citas a continación proceden de allí.)
«[…] los alimentos que contienen inulina en grandes cantidades pueden provocar flatulencia y molestias intestinales, en especial en aquellas personas que no están acostumbradas a ingerirlos.»
¿Molestias intestinales? Vale, bueno, entonces tampoco es la panacea.
Y teniendo en cuenta que pretendemos sustituír gran cantidad de grasa por gran cantidad de inulina, me veo retorciéndome en el sofá.
«Por favorecer el crecimiento de las bifidobacterias se dice que la inulina tiene un efecto bifidogénico, y por promover el crecimiento de microorganismos beneficiosos para la salud se considera que tiene actividad prebiótica.»
Vale, en grandes cantidades me temo que no me retorceré en el sofá. Quizás pase más tiempo en el retrete.
«[…] puede incrementar las concentraciones de glucosa en sangre puesto que se convierte en glucosa dentro del hígado por la gluconeogénesis, la glucosa pasa a glucogénesis y ésta se hidroliza liberando glucosa posteriormente a la sangre en respuesta al sistema endócrino […]»
Ostras, esto me suena todavía peor. ¿Nos libramos de grasas para que nos aumenten los niveles de glucosa?
Me da miedito…
La inulina está presente en alimentos perfectamente recomendables, como el ajo o incluso la cebolla y el puerro.
Pero de ahí a que queramos ingerir sobredosis de una sustancia que nuestro cuerpo acepta bien en pequeñas cantidades, solo por el hecho de librarnos de unas pocas grasas, me parece una exageración.
La grasa, pobre incomprendida, parece estar siendo sometida en los últimos tiempos a una caza de brujas, olvidando a menudo que también es necesaria en una dieta equilibrada. En su justa medida, como todo lo demás, pero sin persecuciones ni odios absurdos.
Y si me como un bizcocho me lo hago como dios manda, como se ha hecho siempre. Y además me lo como sin remordimientos.
es bueno tener otra perspectiva, aunque a mi me gusta tener mas alternativas y aprovechar los descubrimientos, con moderación,