Helado de vainilla

Sí que es difícil hacerle fotografías a un helado. ¡Mira que se derrite el condenado!

Como no tengo paciencia para ponerme a hacer florituras con el postre solo para poder tener una foto decente, porque lo que realmente me apetece en ese momento es zampármelo sin más demora, sobre todo con este calorcito, el aspecto es medio derretidillo.
Pero igual de delicioso.

El helado de vainilla suele tener ese característico tono amarillo, que es debido a las yemas de huevo que incluye.
La vainilla en realidad no le da apenas color, solo le deja pequitas por aquí y por allá, que son sus semillas.
Así que como usé huevos caseros, que tienen unas yemas de color más intenso, el helado me quedó la mar de vistoso.

El sirope de chocolate lo hice justamente para acompañar este helado, porque la combinación vainilla-chocolate es un clásico de los que nunca fallan.

Por cierto, la vaina de vainilla usada la podemos aprovechar para obtener azúcar avainillado casero.
Basta con lavarla en agua fría, secarla escrupulosamente e introducirla en un bote con azúcar lustre.

Ingredientes

  • 600ml nata
  • 1 vaina vainilla
  • 4 yemas huevo
  • 115g azúcar

Preparación

Vertemos la nata en un cazo de fondo pesado.
Abrimos la vaina de vainilla con un cuchillo para sacar las semillas de su interior, añadiéndolas junto con la propia vaina al cazo.
Calentamos a fuego medio, y justo antes de que rompa a hervir retiramos del fuego, tapamos y dejamos reposar durante media hora.

Tras el tiempo de reposo, batimos las yemas de huevo con el azúcar hasta que estén bien integrados y tomen un aspecto espeso.
Retiramos la vaina de vainilla del cazo, y vamos agregando la nata a la mezcla de huevo poco a poco y removiendo constantemente.

Devolvemos al cazo nuevamente y calentamos a baño maría (o fuego muy lento) durante unos 15 minutos, sin dejar de remover, hasta que empiece a espesar.
Es importantísimo que no llegue a hervir, ya que se nos cortaría.

Retiramos del fuego, pasamos la crema a un recipiente apto para congelador y la dejamos reposar durante al menos una hora a temperatura ambiente.
Durante ese tiempo la removemos de vez en cuando, para evitar que se nos forma nata en la superficie, así que al principio tendremos que prestarle bastante atención pero según va enfriando cada vez menos.

Introducimos en el congelador, sin tapar, durante 1 o 2 horas, hasta que empiece a cuajar por los bordes.
Removemos con un tenedor para romper posibles cristales y devolvemos al congelador. Si es posible, repetimos este proceso al cabo de otra hora.
Dejamos congelador hasta que se solidifique por completo, preferiblemente tapado.

Retiramos del congelador unos 15 minutos antes de servir, para que no esté tan duro.

Fuente | Helados | Parragon



4 pensamientos sobre “Helado de vainilla”

  • Qué bueeeeno, que color tan apetecible.
    Si no fuera porque yo también estoy haciendo helado de vainilla ahora mismo, metía la mano en la pantalla y te quitaba todo el helado. Mmmm, no hay nada más bueno que el helado casero 😉
    p.d: Y sí, hacerle fotos es de lo peor, sobre todo al aire libre… Y mira que estamos teniendo un verano frío, eh.

  • No me pongas esto delante con el hambre que me traigo! Mira que llevo toda la semana a verduras y aquí el helado sólo lo olemos de lejos 🙁

    En fin, voy a hacer sorbete de pera en tu honor y a la porra lo de restringir el azúcar.

    Te ha quedado de locura. Ni la foto más perfecta me habría gustado más que ver esas bolitas con su sirope de chocolate. ¡Ñam!

  • Te cambio un trocito de helado de vainilla por un poquito de tu sorbete de pera 😀

    Toda la semana a verduras, buff, eso suena a sacrificio tremendo.
    Con lo ricas que están de acompañamiento o de cena ligera, pero siempre siempre siempre tienen que aburrir hasta la muerte.

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