Esta es mi dieta

Esta es mi dieta

Han terminado las vacaciones navideñas, y parece que todo vuelve poco a poco a la normalidad. A la rutina. Al orden.
Y toca despedirse de los excesos.

Para mucha gente este es el momento de ponerse, una vez más, a régimen.
De intentar librarse de esos kilos extra que se han sumado a los kilos de más que ya traíamos de atrás. De compensar los excesos haciendo sacrificios.

Algunos no estamos hechos para ese tipo de régimen.
No creo que lo haya intentado nunca, porque me rindo antes de empezar. Los sacrificios no son lo mío.

Sí, soy una glotona de marca mayor. Me gusta comer platos sabrosos, y me gusta comer raciones generosas. Y al terminar, postre.

Lo digo sin vergüenza ni una pizca de arrepentimiento.
Porque al final lo que importa es (creo yo) lo que se hace de forma regular, y no aquellos planes que se siguen de forma puntual por un motivo u otro, que al fin y al cabo son (o deberían ser) la excepción.

Pero esto no es incompatible con el hecho de intentar comer lo más saludable posible, pues conforme van pasando más lo años más me preocupa el comer alimentos sanos, que sean buenos para mi cuerpo y no solo para mi paladar.

Objetivo: Limitar los azúcares libres.

Lo esencial, reducir los productos malsanos.
Es muy inusual que en casa compremos productos precocinados, pero sí que es cierto que a la mínima que salimos de casa voy cayendo en todas las tentaciones que se me cruzan en el camino.

Si a eso añadimos que en trabajo hemos cogido el hábito de llevar todos algún que otro bocadito apetecible (casi siempre dulce, ¡mi perdición!), lo cierto es que estoy picoteando demasiados productos no saludables. Pequeñas cantidades, sí, pero con frecuencia.
Así que este es un aspecto a trabajar.

Como reducir el consumo de azúcar es uno de mis objetivos principales, que en este blog no veréis muchos postres dulces ni golosinas, que lucen mucho como publicación pero no me convienen por nutrición.

Objetivo: Comer más verdura.

El otro aspecto fundamental es elaborar un menú equilibrado.

Quizás lo que más difícil me resulta en este aspecto es aumentar la proporción de vegetales.
Soy una de esas personas que tiene muy metido en la cabeza que un plato es fundamentalmente proteína y que la guarnición no es más que un pequeño acompañamiento.

Es algo en lo que llevo algún tiempo trabajando, pero con muchos altibajos.
Por temporadas me lo tomo muy en serio, luego me voy olvidando poco a poco… y entonces me digo «¡espabila!» y vuelvo a intentar ponerme las pilas.

No se trata de inventar la rueda. Aquí no hay grandes innovaciones.

No me vuelvo loca añadiendo el súper-alimento de moda en sus mil variantes (para súper alimento, un plato de lentejas, hombre) ni tampoco me apunto a eliminar drástricamente ningún grupo de nutrientes (grasas, carbohidratos, gluten, lácteos o el que sea el némesis de moda).

Lo que siempre he intentado es comer sano sin privarme, disfrutar de la comida procurando que sea lo más adecuada posible.

Esta es mi dieta.

Mi dieta para glotones.




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