Helado de cereza

Esta temporada vuelven a tocar heladitos caseros, tan ricos y tan fresquitos.

Empecé a hacerlos el año pasado, porque antes me había empeñado en que para hacerlos era necesario tener una heladera, ¡pero para nada!
Lo único que hace falta es tener algo de tiempo, por eso de removerlo mientras se congela y que no se creen hielitos, pero con el calor que hace estos días, que donde mejor se está es en casa cerrada a cal y canto, no es que me resulte mucho esfuerzo el echarle un vistazo un par de veces.

Como mis padres me dieron un montón de cerezas, que ya sabemos todos como son los árboles frutales, que hay años que no dan nada pero hay otros que te dan fruta para ti y para repartir, pues unas poquitas tuvieron a bien convertirse en esta cremosa golosina para el verano.

Y además, no sé, con eso de que es «fruta de casa» parece que hasta me gusta más.

Como es un helado del tipo cremoso, pues aprovechamos para ir gastando lo que nos quedaba del sirope de chocolate que preparé para acompañar el helado de vainilla.
¡Así de golosa que es una!

Ingredientes

  • 150g azúcar
  • 200ml agua
  • 300g cerezas deshuesadas
  • 2 cucharadas soperas zumo naranja
  • 600ml nata

Preparación

Empezamos por lavar y secar las cerezas, para ir deshuesándolas.
Las podemos cortar a la mitad con un cuchillo o directamente con las manos para quitarles el hueso, y las pesamos una vez deshuesadas.

Ponemos a calentar el azúcar con el agua en un cazo de fondo pesado a fuego lento, removiendo hasta que el azúcar se disuelva.
Llevamos a ebullición y dejamos hervir durante 3 minutos.
Incorporamos las cerezas y cocemos 10 minutos mas, hasta que estén blanditas.
Retiramos del fuego y dejamos reposar durante una hora a temperatura ambiente.

Cuando las cerezas estén frías las pasamos al vaso de la batidora junto con el almíbar de cocción y las trituramos hasta que estén picadas.
Montamos la nata y lo mezclamos con el almíbar de cereza.

Introducimos en el congelador, sin tapar, durante 1 o 2 horas, hasta que empiece a cuajar por los bordes.
Removemos con un tenedor para romper posibles cristales y devolvemos al congelador. Si es posible, repetimos este proceso al cabo de otra hora.
Dejamos congelador hasta que se solidifique por completo. preferiblemente tapado.

Retiramos del congelador un rato antes de servir, para que no esté tan duro.

Fuente | Helados | Parragon



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