Pasta fresca «al nero di sepia»

Pasta fresca. Al huevo. Hecha en casa. ¡Y con un montón de variantes!

Desde que empecé a hacer pasta fresca al huevo lo cierto es que he probado algunas combinaciones distintas.
He hecho pasta integral, he hecho pasta de color verde (con espinacas) y he hecho pasta negra como esta que traigo hoy.
Pero siempre me vencía la pereza a la hora de hacer una foto y publicarla.

¡Qué cosas! No me da pereza preparar mi pasta casera, ¡pero sí escribir un miserable texto de nada!

Así que hoy me redimo de un largo periodo sin publicar en mi blog con esta sencilla receta de pasta negra a la tinta de calamar.
O, si queremos sonar algo más sofisticados, lo decimos en italiano. Porque, por algún motivo, si no se nos entiende parece que es que somos más cool, jajaja.

El acabado final no podría ser más sencillo, pues la preparé con unas gambas y una sencilla ajada.
Eso en cambio no fue por pereza: es que estas pastas tan coloridas siempre parecen pedirme acompañamientos que no les roben el protagonismo.

Ingredientes (para 2)

  • 1 huevo
  • 1 sobrecito tinta calamar
  • 100g harina (aprox.)

Preparación

En un recipiente suficientemente amplio, batimos ligeramente el huevo con la tinta de calamar.
Añadimos la harina, poco a  poco.

La cantidad es orientativa, dependiendo sobre todo del tamaño del huevo. La idea es añadir toda la harina que la mezcla admita, sin llegar a ponerse demasiado dura.

No pasa nada si la mezcla resulta dura, solo nos costará más trabajar con ella, y de hecho hay quien recomienda hacerlo así. Pero en mi opinión complica innecesariamente la preparación.

Mezclamos bien, sin llegar a amasar. Cuando esté todo bien integrado ya está.
¡Ojo! Mancha un montón, así que si queremos evitarlo podemos utilizar unos guantes.

Hacemos una bola y la introducimos en un recipiente que taparamos con film plástico.
Dejamos reposar durante aproximadamente una hora a temperatura ambiente.

Enharinamos la mesa de trabajo para evitar que la masa se nos pegue y la estiramos con un rodillo hasta que tenga el grosor deseado.
Si tenemos una máquina de rodillos para hacer pasta bastará con que nos quepa en ella, pero si vamos a hacerlo a mano tenemos que estirar y estirar hasta que quede muy finita. ¡Cuanto más fina mejor!

Si vamos a hacer tallarines, podemos enrollarla sobre si misma y luego cortarla en tiras finamente con un cuchillo.
Es la preparación de pasta fresca más sencilla porque no requiere ningún instrumento específico, pero es mejor si la enharinamos bien por todos los lados para evitar que se nos pegue un lado al otro.

Dejamos reposando hasta el momento en que vayamos a cocerla.
Vamos, que podemos llevar a cabo todo el proceso de preparación previamente para que luego solo sea tan sencillo como cocer pasta comercial.

Calentamos abundante agua en un cazuela amplia a fuego fuerte. Cuando el agua hierva, añadimos sal y luego la pasta.
Dejamos cocer hasta que estén listos, lo cual dependerá del grosor de la pasta. Si ha quedado bien fina, 2 minutos serán suficientes.

Cortamos el hervor añadiendo un poco de agua fría y escurrimos.
Servimos como más nos guste.



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