Guiso de ternera

Parece que el frío toca a su fin por esta temporada. O quizás sea otra falsa alarma. Pero, en cualquier caso, hoy me apeteció preparar uno de esos guisos a fuego lento típicos del invierno. ¡Porque hay que aprovechar esos pocos días en los que hay tiempo suficiente como para prepararlos!

Y, además, aunque es un plato que requiere tiempo, es muy sencillo de preparar y siempre se puede hacer cantidad extra… y tener la comida lista para otro día con solo calentarla.

Ingredientes

  • 400g de carne de ternera
  • 3 dientes de ajo
  • 1/2 cebolla grande
  • 4 zanahorias
  • 3 patatas
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • 1 vaso de caldo de carne
  • laurel, sal, pimienta, aceite
  • opcionalmente tomillo y perejil

Preparación

Comenzaremos por preparar la carne, eliminando toda la grasa que sea posible y troceándola en pedazos más o menos regulares del tamaño de un bocado.
Salpimentamos. Si lo deseamos, también podemos añadir un poco de tomillo y perejil, que le da un toque muy rico.
Y pasamos por un poquito de harina. Muy poquita, que tampoco es para rebozarla, con menos de una cucharada sopera debería llegar.

Picamos el ajo muy fino.
En una cazuela grande calentamos un poco de aceite y añadimos el ajo y la carne. Digo lo de grande porque solo vamos a utilizar una, así que ¡tienen que cabernos todos los ingredientes en ella!
Dejamos que la carne se marque, es decir, que se dore ligeramente por fuera pero sin necesidad de que se haga por dentro.

Mientras tanto, picamos la cebolla también bastante fina.
Como soy bastante lenta, para cuando termino de picar la cebolla ya está lista la carne, así que ya es el momento de retirarla de la cazuela y reservarla.
Ponemos la cebolla a sofreír en la cazuela y preparamos el resto de los ingredientes.

Pelamos y lavamos las zanahorias, que siempre troceo en pedazos ligeramente gruesos porque no me gustan muy blandas.
Pelamos y lavamos también las patatas. Para trocearlas, daremos un corte con el cuchillo y luego arrancaremos el trocito restante, porque al romperse en lugar de cortarse limpiamente sueltan más almidón.
En cuanto la cebolla esté lista, añadimos las zanahorias y patatas y dejamos sofreír todo junto hasta que se dore ligeramente, aproximadamente unos 10 minutos más.

Añadimos de nuevo la carne, con el vino y un par de hojas de laurel. Dejamos reducir a fuego medio, durante otros 10 minutillos más o menos.
Para mí, cuando deja de oler a vino para dejar paso al laurel, es el momento.

Si ya tenemos caldo casero, mejor que mejor, pero si nos vemos abocados a utilizar caldo en pastillas, diluirémos una pastilla en un vaso de agua caliente y lo mezclaremos bien para asegurarnos que no quedan fragmentos sin diluír.
Añadimos a la cazuela, recitificamos de sal y pimienta, y dejamos guisar a fuego lento durante hora y media o un poquito más.
De vez en cuando debemos remover, ya que según se reduzca el líquido corremos el riesgo de que se pegue.
Servimos bien calentito.

Tiempo de preparación: Algo más de 2 horas

¡Que aproveche!



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