Salsa teriyaki casera

Me apetecía hacer una receta entre cuyos sus ingredientes aparecía la salsa teriyaki comercializada por determinada marca.
Pero, claro, si la puedo hacer yo en casa muy fácilmente, ¿para qué comprarla?

El teriyaki es una técnica culinaria en la que se utiliza una salsa dulce y brillante, que da un aspecto característico a los platos que se hacen con ella.
De hecho, teriyaki no es el nombre de la salsa (eso es una ocurrencia occidental) sino del método de cocinado en el que se emplea, pero como no quiero ser tiquismiquis le llamaré así a la salsa como es costumbre por estas latitudes.

En Japón lo utilizan sobre todo con pescado y pollo, pero los extranjeros (que somos menos de pescado) lo usamos fundamentalmente con carnes. Lo típico, adaptándolo a nuestros gustos.
Por ejemplo, hace tiempo que tengo una receta de salmón al estilo teriyaki en mi blog, pero si la hiciese hoy en día simplemente aplicaría un poco de la salsa que he preparado en esta ocasión.

A la hora de hacerla busqué alguna receta en internet, pero lo que encontré no terminó de convencerme.
Y al final la clave la encontré nada más y nada menos que en la Wikipedia. Sí, en la Wikipedia, pero en japonés. (Y eso que hace mucho que no practico ¡y me cuesta horrores leerlo!)

Así que la proporción de ingredientes que tenéis en esta receta es ni más ni menos la que mandan los cánones de la famosa enciclopedia.
Aunque me imagino que serán muchos los que hagan modificaciones sobre esa receta base, a mí el resultado me ha parecido muy bueno así que así se queda de momento.

Una curiosidad:
Los nipones escriben de forma diferente (aunque se lea igual) la palabra teriyaki (照り焼き) para referirse al estilo tradicional de cocinado o teriyaki (テリヤキ) para hablar de las ocurrencias occidentales en las que usamos esta salsa a nuestra manera.
Yo solo lo comento.

Ingredientes

  • 1 parte salsa de soja
  • 1 parte sake (o vino blanco)
  • 1 parte azúcar 
  • jengibre (opcional)

Preparación

Utilizaremos de cada uno de los ingredientes, medida con algún recipiente de capacidad apropiada.
Por ejemplo, medio vaso de cada uno de ellos si queremos hacer bastante y almacenar. O dos o tres cucharadas de cada uno si solo queremos hacer un poco para un plato para dos personas.
El jengibre se utilizará en aquellos casos en los que queramos que la salsa elimine el fuerte aroma de algún ingrediente (generalmente un pescado), pero en general no es necesario.

Mezclamos todos los ingredientes en un cazo y lo calentamos, removiendo de vez en cuando hasta que se disuelva por completo el azúcar. Dejamos hervir a fuego medio hasta que se reduzca a menos de la mitad y tenga una textura melosa, aproximadamente unos 15 minutos.

Retiramos del fuego y dejamos enfriar antes de utilizarla.
Podemos guardarla en un frasco y almacenarla en el frigorífico.



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