El comienzo del camino

Me gusta comer. Siempre lo he considerado uno de esos pequeños grandes placeres de los que merece la pena disfrutar a diario. Otro placer, sin duda, la vida relajada.
Para qué negarlo, ¡soy una glotona!

Mi cuerpo es redondeado, y la verdad es que no me imagino siendo flaca. Tampoco creo que me gustase: mi cuerpo refleja ese yo glotón y levemente hedonista, ¿por qué no va a estar eso bien?
Pero confieso que en los últimos tiempos ha empezado a preocuparme el ritmo al que mi peso aumenta; hace tiempo que no se mantiene estable y no dejo de engordar. Eso no parece muy saludable.
Y jugarse la salud ya no me convence tanto.

Así que, aunque me pese, he decidido que es hora de empezar a cuidarse.
No pienso seguir un régimen estricto ni volverme una adicta al gimnasio, que eso no va conmigo, pero intentar ir mejorando mis costumbres alimenticias y aumentar mi actividad física puede ser una buena idea.
Y como eso de la constancia no es mi fuerte, he pensado que un diario, este blog, sería una buena herramienta de apoyo para no perderme por el camino.
¡Esperemos que funcione!

Así que iré colgando aquí, espero que con una cierta frecuencia, los cambios que voy adoptando para cuidar mi dieta así como los platos que preparo para disfrutarla plenamente. Porque, en el fondo, ¡no quiero dejar de ser una glotona!



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