Save the food! Por una cocina sin desperdicios.

Save the food! Por una cocina sin desperdicios.

Cosas de la globalización.
Aquí sentada en mi cocina, acabo de enterarme de que del otro lado del charco, allá en los USA, han lanzado una campaña para concienciar de la importancia de reducir los residuos domésticos de alimentos.

Una servidora ya está de lo más concienciada, vamos, casi podría decir que me lo he aprendido desde la cuna: mi madre jamás ha tolerado el tirar comida a la basura, semejante sacrilegio se evita haciendo un buen uso de las sobras.
Pero la web de esta campaña me ha parecido muy muy informativa, fácil de navegar y, en general muy bien hecha.

Si lees en inglés, te aconsejo que visites la web Save the Food y le eches un vistazo por ti mismo.
Si no, o si simplemente te da pereza, te cuento un poco lo que encontrarás allí:

  • Una introducción al meal planning, y algunas herramientas para ayudarte a planificar comidas.
  • Recetas para aprovechar los restos que puedan sobrar de distintos ingredientes o comidas.
  • Indicaciones para almacenar los distintos alimentos y mantenerlos en condiciones óptimas el mayor tiempo posible.

Meal planning, es decir, planificar las comidas de los siguientes días.
Si al hacerlo tienes en cuenta los productos que ya tienes en casa, muy particularmente aquellos más perecederos, es posible que reduzcas drásticamente la cantidad de comida que se estropea en casa y por lo tanto tiras a la basura.

Aunque ahora se ha puesto también de moda aquí (y yo lo practico, ya os he hablado de cómo planifico mi menú semanal) lo cierto es que no lo veo imprescindible.
Si eres mínimamente organizado, puedes ir echando un vistazo a lo que tienes en la nevera y en el congelador y decidir en ese momento si puedes apañarte con lo que tienes y qué ingredientes adicionales necesitas para hacer tal o cual plato.

Pero estar está ahí y si te interesa tienes herramientas que puede ayudarte a planificar tus comidas.

Después vienen las recetas de aprovechamiento, algo que a mí me encanta.
Es decir, ideas para aprovechar los restos de distintos alimentos para preparar un nuevo plato.

Algunas se orientan en torno a parte de un alimento que frecuentemente descartamos, desde los clásicos caldos hechos con huesos y/o con restos de vegetales, hasta cosas más curiosas como aperitivos de piel de patata

Otras en cambio se refieren a aprovechar restos de comidas preparadas, aunque aquí se nota más el aspecto cultural. No sé a vosotros, pero a mí nunca me ha sobrado relleno para el pavo de acción de gracias ni tarta de calabaza ni nada por el estilo.

La parte que a mí me ha resultado más interesante es la que se refiere al correcto almacenamiento de los distintos alimentos.
Para cada uno de los alimentos que trata (la lista es bastante amplia) menciona si es adecuado refrigerar o no, si es posible congelar (y cómo afecta a la textura) y cómo puede aprovecharse o incluso revivirse si empieza a tener mal aspecto. ¡Muy útil!

Reconozco que mucha de la información que encontré en esa lista me resultó incluso sorprendente.

  • Las semilas y frutos secos es conveniente refrigerarlos, aunque en un lugar fresco y seco se conservan aceptablemente bien. ¡También pueden congelarse!
  • La mayonesa comercial puede conservarse a temperatura ambiente después de abrirse sin suponer un riesgo para la salud, pero se recomienda refrigerarla porque sus propiedades organolépticas se deterioran.
  • El queso debería guardarse en el cajón del frigorífico para evitar que adquiera olores de otros alimentos. (Yo normalmente los guardo en fiambreras, por eso mismo, porque en el cajón honestamente no me caben.) Puede congelarse el queso que vaya a utilizarse para cocinar, yo lo he hecho en alguna ocasión antes de irnos de vacaciones.
  • Los huevos no deben guardar en la puerta del frigorífico, a pesar de que haya un espacio para ellos. Yo siempre los guardo en su propio cartón, y si tengo dos el cartón más reciente va debajo del anterior y así no hay riesgo de que caduquen. Se pueden congelar, y de hecho se puede congelar por separado las claras (que luego se pueden usar en una bica blanca) y las yemas (para un flan, natillas o queso chino).
  • La leche por lo visto tampoco debería guardarse en la puerta del frigorífico. Ahora estoy perdida, ¿dónde la pongo?
  • La harina integral por lo visto debería guardarse en el frigorífico en un recipiente adecuado (e incluso puede congelarse) para evitar que se enrancie. Personalmente no tengo este problema porque la gasto rápidamente al hacer pan, pero si es algo que te ha ocurrido puedes tenerlo en cuenta.
  • Algo similar pasa con el arroz integral, que es recomendable refrigerar para evitar que se enrancie. Aunque cada vez me he ido pasando más a los integrales es cierto que el arroz me dura más que la harina, quizás debería probar.
  • Las manzanas deberían guardarse en el frigorífico, para evitar la rápida maduración. También pueden congelarse (el peque prefiere las manzanas peladas, así que probaré a congelar la piel para hacer batidos o por su pectina para mermelada).
  • Los cítricos también se han refrigerar en el cajón. Absurdos de la naturaleza, lo hago con los limones pero no con las naranjas ni mandarinas. En esta web no lo menciona, pero yo también congelo las pieles, que vienen muy bien para repostería.
  • El pepino puede almacenarse en un lugar fresco o refrigerarse, pero no se lleva bien con tomates, aguacates, manzanas ni plátanos.
  • La berenjena no debe refrigerarse, mejor guardarla en un lugar fresco. Lo mismo pasa con los tomates.
  • Las cebollas no deben refrigerarse tampoco, pero como se llevan mal con las patatas tampoco es recomendable guardarlas cerca de ellas.
  • El calabacín es mejor refrigerarlo, pero la calabaza no.

Por lo visto gran parte de esta información procede del libro Waste Free Kitchen Handbok de Dana Gunders.
Solo hay edición en inglés, eso sí, pero nuevamente si el idioma no es un problema se puede adquirir en Amazon a un precio muy muy económico.

Yo lo leeré, sin duda.
Si me gusta tanto como Save the Food, volveré para contaros más detalles.

Todas las imágenes utilizadas en este post son propiedad de savethefood.com.


1 pensamiento sobre “Save the food! Por una cocina sin desperdicios.”

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